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En este cuento el autor, explora el desafío enfrentado por unos padres mexicanos en las décadas de los sesenta y setenta. Estos padres, conocedores de la ética de Aristóteles y de Martin Heidegger en relación con el cuidado del ser, optaron por la familia como los primeros educadores antes que el Estado o el sistema educativo. Eligieron una filosofía de crianza basada en el cuidado de uno mismo y de los demás, tanto en la divina polis (ciudad) como en la divina physis (la naturaleza del crecimiento y florecimiento), es decir, en el pensamiento práctico de la vida tal y como se presenta en la cotidianidad de la existencia.

Thiago, el protagonista, encuentra su camino hacia la autodirección desde su formación inicial hasta su educación universitaria. Aunque el texto pueda parecer un relato sobre las vicisitudes, sueños y deseos de un menor y joven escolar, en realidad, ofrece una narrativa profunda dirigida a estudiantes, padres y docentes que buscan un descubrimiento más profundo y auténtico de su ser, desde una perspectiva esencial y originaria.

Javier Avila

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